jueves, 27 de agosto de 2020

¿Cuánto es el salario mínimo en Colombia?

 


¿Cuánto es el salario mínimo en Colombia? 

Según el Decreto No. 2360 del 2019, el Salario Mínimo Mensual Legal Vigente SMLMV en Colombia para el 2020 es de ochocientos setenta y siete mil ochocientos tres pesos ($877.803).  Si se le agrega el auxilio de transporte que fijó el gobierno Decreto No. 2361 de 2019, el cual asciende a ciento dos mil ochocientos cincuenta y cuatro pesos ($102.854), un trabajador promedio en Colombia devengaría novecientos ochenta mil seiscientos cincuenta y siete ($980.657).

La verdad es que durante más de una década en Colombia el trabajador promedio debe sobrevivir con un salario que no alcanza a cubrir su mínimo vital. El aumento nominal, es decir, el dinero que recibió de más el trabajador para el año 2020 es del 6%, ósea $49.686 que dividido en 30 días es igual a $1.656 diarios. Pero si el trabajador creyó que recibió unas monedas de más diarias por su labor, deberá tener en cuenta que esas monedas no le alcanzarán para pagar lo que recurrentemente debe comprar para sobrevivir.

El aumento del Salario Real para el trabajador promedio en el 2020 fue de 2,8 % , es decir, aquel al que le restamos la inflación. Así se llega a la cifra concreta de lo que el trabajador recibe de más frente al 2019 , lo que da como resultado $19.311 que dividido en 30 días es igual a $644 diarios de trabajo por ocho horas.

En la década de los noventas el país entró en la globalización con la llamada apertura económica, nos vendieron el discurso de una historia que todavía no se ha cumplido. La promesa fue abrirnos a los grandes inversionistas como fuentes de desarrollo, generadores de empleo, ahorro y fuente de financiamiento. Pero la verdad se manifestó de manera diferente.

Como resultado para los capitales extranjeros la apertura económica ha traído un aumento en sus ganancias según el Baco de la República. En el año 2006 las utilidades pasaron de US$4.590 millones (2,82% del PIB) a US$ 13.432 millones en el 2013 (3,56% del PIB). Incluso en los momentos en los que los precios internacional de los commodities disminuyeron, siempre han obtenido un mayor rendimiento frente a su inversión inicial.

La ventaja del inversionista frente al trabajador promedio es desiquilibrada, al extranjero no se le debe restar el nivel de inflación, como si le toca anualmente al trabajador. La tendencia se ha inclinado en sentido contrario frente a las grandes inversiones, de la imposición a exención, de la resta a la suma.  Hacen falta análisis sobre las rentas ocultas de estas inversiones, las derivadas de los impuestos que durante décadas no han pagado los grandes capitales mundiales al país. Tan solo podemos decir que la última reforma tributaria llamada ley de crecimiento concedió 9 billones de pesos en beneficios tributarios.

Lo paradójico es que esos mismos trabajadores que lo hacen por un salario miserable, eligen a los que promueven ese sistema de la desigualdad. Esas figuras de poder que en esencia deberían ser nuestros trabajadores porque sus salarios son pagados con nuestros impuestos, son los mismos que abren las puertas a los capitales extranjeros y condenan a la mayoría de los colombianos a seguir viviendo con esos seiscientos $600 de más diarios que a las peleas aumentaron. En ultimas la pregunta que hay que hacernos es ¿y para quienes trabajan los gobiernos?

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